viernes, 31 de mayo de 2013

TANTO SER DIVERSO...

-Traducción de Octavio Paz-

Tanto ser diverso (tantos dioses y demonios
éste más ávido que aquél) es un hombre

(tan fácilmente uno se esconde en otro;
y, no obstante, cada uno, siendo todos, no escapa de ninguno)
tumulto tan vasto es el deseo más simple:
tan despiadada mortandad la esperanza
más inocente (tan profundo el espíritu del cuerpo,
tan lúcido eso que la vigilia llama sueño)

tan solitario y tan nunca el hombre solo
su más breve latido dura un año terrestre
sus más largos años el latido de un sol;
su más leve quietud lo lleva hasta la estrella más joven)

¿Cómo podría ese tanto que se llama a sí mismo Yo
atreverse a comprender su innumerable Quién?

E.E. Cummings

domingo, 19 de mayo de 2013

Te queda para siempre


-No es tan raro que se lleve bien con Dios. La furia con la que ha escrito sobre lo religioso no es la de un ateo. 
-Fui muy creyente cuando era chico, muy místico. Y eso es como la borra en el fondo del vaso de vino, te queda para siempre. No es una cosa que se va; se transfigura, cambia de nombre. En el fondo, uno busca a Dios en los demás. O en la naturaleza, entendida como una bella energía del mundo, que es a la vez terrible y hermosa. ¿Dónde está aquel Dios que tuve de chico y un día se me cayó por un agujerito del bolsillo y nunca más lo encontré? Después supe que lo estaba llamando por otros nombres.
-Y cómo no va a estar lo divino en un alba marina...
-Claro. O en el crepúsculo. Cuando el sol se va y se echa a dormir en esa hamaca que es el horizonte, en la hora más bella del día. Muchas veces me pregunto cuan triste ha de ser morir y no verlo. Porque su capacidad de belleza te devuelve la fe en todo lo que puedas haberla lastimado o perdido.

Eduardo Galeano en la Nación Revista, Domingo 19 de Mayo, 2013

domingo, 12 de mayo de 2013

Esperando a Godot - Samuel Beckett

"[...] ESTRAGÓN. - ¿Estás seguro de que es aquí?
VLADIMIRO. - ¿El qué?
ESTRAGÓN. - Donde hay que esperar.
VLADIMIRO. - Dijo delante del árbol. (Miran el árbol.) ¿Ves algún otro?
ESTRAGÓN. - ¿Qué es?
VLADIMIRO. - Yo diría que un sauce llorón.
ESTRAGÓN. - ¿Dónde están las hojas?
VLADIMIRO. - Debe de estar muerto.
ESTRAGÓN. - Se acabó su llanto.
VLADIMIRO. - A menos que no sea tiempo.
ESTRAGÓN. - ¿Y no sería más bien un arbolillo?
VLADIMIRO. - Un arbusto.
ESTRAGÓN. - Un arbolillo.
VLADIMIRO. - Un... (Se contiene.) ¿Qué quieres insinuar? ¿Que nos hemos equivocado de sitio?
ESTRAGÓN. - Ya tendría que estar aquí.
VLADIMIRO. - No aseguró que viniera.
ESTRAGÓN. - ¿Y si no viene?
VLADIMIRO. - Volveremos mañana.
ESTRAGÓN. - Y, después, pasado mañana.
VLADIMIRO. - Quizá.
ESTRAGÓN. - Y así sucesivamente.
VLADIMIRO. - Es decir...
ESTRAGÓN. - Hasta que venga.
VLADIMIRO. - Eres inhumano.
ESTRAGÓN. - Ya vinimos ayer.
VLADIMIRO. - ¡Ah, no! en eso te equivocas.
ESTRAGÓN. - ¿Qué hicimos ayer?
VLADIMIRO. - ¿Que qué hicimos ayer?
ESTRAGÓN. - Sí.
VLADIMIRO. - Pues, pues... (Enojándose.) Nadie como tú para no entenderse.
ESTRAGÓN. - Yo creo que estuvimos aquí
VLADIMIRO. - (Mirando alrededor.) ¿Te resulta familiar el lugar?
ESTRAGÓN. - Yo no he dicho eso.
VLADIMIRO. - ¿ Entonces?
ESTRAGÓN. - Eso no tiene nada que ver.
VLADIMIRO. - No obstante..., este árbol..., ( al público.) esa turbera...
ESTRAGÓN. - ¿Estás seguro de que era esta noche?
VLADIMIRO. - ¿El qué?
ESTRAGÓN. - Que debíamos esperarle.
VLADIMIRO. - Dijo el sábado. (Pausa.) Según creo.
ESTRAGÓN .- Después del trabajo.
VLADIMIRO. - Debí apuntarlo. (Revuelve en sus bolsillos, repletos de toda clase de porquerías.)
ESTRAGÓN. - Pero ¿qué sábado? ¿Es hoy sábado? ¿No será más bien domingo? ¿O lunes? ¿O viernes? [...]"

Tempranito

Salgo de mi casa tempranito. El sol está recién empezando a asomarse. Es una mañana fresca y limpia. Yo estoy abrigado. No tengo sueño, dormí bien esta noche al igual que la anterior, aun así a mis huesos y a mis músculos les hubiera gustado quedarse un ratito más en la cama. En un principio, casi me convencen, sin embargo logré tomar fuerzas de quien sabe dónde y me puse en pie ¡Tengo una entrevista con el día, y ni aunque llueva o truene me la pierdo!

Camino lento, a mi ritmo. Tengo tiempo. Levanto la vista y miro a la mañana de frente. La luz a esta hora me gusta más que a cualquier otra, incluso que a la tardecita. Siempre me entristeció que termine el día. A veces me pasa, cuando miro el atardecer, que me sorprendo con los ojos llenos de lágrimas y en seguida me reprocho dejarme llevar tan fácilmente por mis emociones. A la mañana, al contrario, mi corazón rebosa de alegría, robándole las luces y los colores al alba. Se llena de canto con los zorzales, de verde con los campos y de azul con el cielo.

Siempre me gusto pensar la mañana como una maestra, una maestra en la esperanza. Ella me dice con voz clara que todavía se puede crecer, que sin importar lo que pase vendrá cada día con sus brazos de sol a abrazar el mundo. En ella adquiero una estable confianza en mi mismo y en la vida.

Mañana, mañanita ¿De qué profundos negros abismos me libraste en mi vida? ¿Cuántas veces te busqué, con la noche en el corazón y lágrimas en los ojos, esperando encontrarte, tocarte? ¡Qué lindo es tenerte otra vez a mi lado, mi luz de la mañana!

A todo esto, muchos podrían decir que, al igual que la mañana, la tarde también puede ser una maestra, una maestra en fin y fatalidad. Si tuviera que responderles, diría que sí... pero esa lección (¡ay!) no me gusta escucharla.


Joaquín Cuevillas

jueves, 9 de mayo de 2013

Do you hear the people sing?

Do you hear the people sing?
Lost in the valley of the night.
It is the music of a people
who are climbing to the light.

For the wretched of the earth,
there is a flame that never dies.
Even the darkest night will end
and the sun will rise.


We will live again in freedom
in the garden of the Lord.
We will walk behind the plughshed,
we will put away the sword.
The chain will be broken
and all men will have their reward.

Will you join in our crusade?
Who will be strong and stand with me?

Somewhere beyond the barricade,
is there a world you long to see?

Do you hear the people sing?
Say, do you hear the distant drums?
It is the future that they bring
when tomorrow comes.

Tomorrow comes!


- Do you hear the people sing?, Les Misèrables


Si bien hay partes que hablan de una situación muy distinta a la nuestra (gracias a Dios), hay otras que creo que pueden identificarnos bastante, en esta lucha cotidiana. Los quiero.

Sólo una cita


Joe: I don't care Bill. I love her.
William: How perfect for you - to take whatever you want because it pleases you. That's not love.
Joe: Then what is it?
William: Some aimless infatuation which, for the moment, you feel like indulging - it's missing everything that matters.
Joe: Which is what?
William: Trust, responsibility, taking the weight for your choices and feelings, and spending the rest of your life living up to them. And above all, not hurting the object of your love.
Joe: So that's what love is according to William Parrish?
William: Multiply it by infinity, and take it to the depth of forever, and you will still have barely a glimpse of what I'm talking about.
Joe: Those were my words.
William: They're mine now.

- Meet Joe Black

lunes, 6 de mayo de 2013

DIOS ES AMOR

"Afirma usted que sin el ejemplo y la palabra de Cristo, a cualquier ética laica le faltaría una justificación de fondo que tuviera una fuerza de convicción ineludible. ¿Por qué sustraer al laico el derecho de servirse del ejemplo de Cristo que perdona? Intente, Carlo María Martini, por el bien de la discusión y del parangón en el que cree, aceptar aunque no sea más que por un instante, la hipótesis de que Dios no existe, de que el hombre aparece sobre la Tierra por un error de torpe casualidad, no solo entregado a su condición de mortal, sino condenado a ser consciente de ello, y hacer, por lo tanto, imperfectísimo entre todos los animales. Este hombre, para hallar el coraje de aguardar la muerte se convertiría necesariamente en un animal religioso y aspiraría a elaborar narraciones capaces de proporcionarle una explicación y un modelo, una imagen ejemplar. Y entre las muchas que es capaz de imaginar, algunas fulgurantes, algunas terribles, otras patéticamente consolatorias, al llegar a la plenitud de los tiempos tiene en determinado momento, la fuerza religiosa, moral y poética, de concebir el modelo de Cristo, del amor universal, del perdón de los enemigos, de la vida ofrecida en holocausto para la salvación de los demás. Si yo fuera un viajero proveniente de lejanas galaxias y me topara con una especie que ha sido capaz de proponerse tal modelo, admiraría subyugado tamaña energía teogónica y consideraría a esta especie miserable e infame, que tantos horrores ha cometido, redimida solo por el hecho de haber sido capaz de desear y creer que todo eso fuera la Verdad.
Abandone ahora si lo desea la hipótesis y déjela a otros. Pero admita que aunque Cristo no fuera más que el sujeto de una gran leyenda, el hecho de que esta leyenda haya podido ser imaginada y querida por estos bípedos sin plumas que solo saben que nada saben, sería tan milagroso (milagrosamente misterioso) como el hecho de que el Hijo de un Dios real fuera verdaderamente encarnado. Este misterio natural y terreno no dejaría de turbar y hacer mejor el corazón de quien no cree."

                                                                                                                                 Umberto Eco

jueves, 2 de mayo de 2013


“¡Ah! ¡Cómo se agita la mente en el fondo del abismo en que se halla sumergida! 
Y abandonando su propia luz, ¡cómo se precipita hacia la tiniebla exterior, 
cuando siente en sí misma una angustia mortal, acrecida hasta lo infinito 
por el hálito de las cosas terrenales!”
Boecio


¡Que curioso es el hombre, que por su propia característica se despiertan en él incansablemente sus sentidos y su espíritu ante los misterios de la naturaleza, ante las últimas y primerísimas causas que se esconden en los efectos, ante lo sensible, lo insensible, lo tangible y lo que no!

No importa la época, el lugar, la cultura o la condición, siempre están ahí esas preguntas desconcertantes, que surgen del asombro que le produce la existencia de absolutamente todo lo que ES… ¡y también lo que no es!

Desde chiquita se despertó en mí una mirada distinta, rara, abstracta, desigual, de mi alrededor… No veía la vereda, veía la hoja que adentro tenía agua por sobre la que caminaba una hormiga… (Así me llevé puestos en varias oportunidades bochornosas un vidrio o un poste).

Uno transita por la vida, con sed, mucha sed de conocimiento, con esa emoción que quema por dentro cuando se descubre algo, cuando se entiende un cuadro, cuando se lee un libro inolvidable, cuando se escucha una melodía de notas delicadas y perfectas o cuando se mira a las estrellas pensando en la inmensidad, en esas bolas inconmensurablemente gigantes que flotan brillando, como diamantes, en el azul profundo del universo…

¿Cómo no conmoverse ante la mutabilidad del tiempo y la atemporalidad de las verdades?

Y de pronto… descubro que no estoy sola en esa mirada, que hay otros con ese fuego interno, que comparten conmigo el placer (y a veces no tanto) de conocer.

Por eso junto con ustedes, mis queridos compañeritos de camino, espero poder ser guiada amorosamente en este camino que elegimos transitar, por nuestra amada nodriza, la filosofía.

miércoles, 1 de mayo de 2013

PIDO SILENCIO

AHORA me dejen tranquilo.
Ahora se acostumbren sin mí.

Yo voy a cerrar los ojos

Y sólo quiero cinco cosas,
cinco raices preferidas
.
Una es el amor sin fin
.
Lo segundo es ver el otoño.
No puedo ser sin que las hojas
vuelen y vuelvan a la tierra.

Lo tercero es el grave invierno,
la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.

En cuarto lugar el verano
redondo como una sandía.

La quinta cosa son tus ojos,
Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.

Amigos, eso es cuanto quiero.
Es casi nada y casi todo.

Ahora si quieren se vayan.

He vivido tanto que un día
tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.

Pero porque pido silencio
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.

Sucede que soy y que sigo.

No será, pues, sino que adentro
de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura:
y dentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.

Se trata de que tanto he vivido
que quiero vivir otro tanto.

Nunca me sentí tan sonoro,
nunca he tenido tantos besos.

Ahora, como siempre, es temprano.
Vuela la luz con sus abejas.

Déjenme solo con el día.
Pido permiso para nacer.
                                  P. Neruda