¿De dónde proviene aquella Barca?

¿De dónde proviene aquella Barca?

Exclamaron los más incrédulos,

esos que lejos de ver simplemente una Barca,

veían una pesadilla salida de algún mal sueño.

Es que ¿Quién puede ver volver a la misma Barca,

que un día sin sombra, abandonando toda esperanza,

se adentró en el mar del infinito, en la

oscura nada del espacio?

¡Están ya perdidos! Decían los más serios,

aquella mañana trémula, cuando la Barca partía.

Por eso no podían creer,

porque los que abandonan la luz

simplemente enloquecen y pierden el rumbo…

Una Barca perdida no podía regresar ningún día.

Pero allí estaba la Barca,

allí estaban sus tripulantes,

allí estaban los dados por muertos,

los ya enterrados entre recuerdos.

¿De dónde proviene aquella Barca?

Todos lo sabían, pero nadie hablaba,

y solo tras un eterno silencio,

de algún lugar de la Barca,

se escucho una voz retumbante,

que lleno el lugar con su sentencia:

“¡Equivocados, equivocados estábamos!

Allí afuera no hay oscuridad, solo luz.

Sin embargo, nosotros, cegados por estas luces falsas,

hemos creído sin sentido al sentido,

hemos declarado muerto al vivo,

hemos olvidado al recuerdo,

hemos dejado de ver la luz verdadera

y nos iluminamos con nuestras mortales linternas.”

Todos los oyentes comprendieron inmediatamente que

sus viejos amigos habían perdido la cordura,

sin remedio ni cura, ellos se habían perdido.

La Barca no atranco en los puertos de su antigua ciudad,

ya nada de ella sabemos, nada en verdad verdadero.

La Barca está perdida, al menos hasta que haya puerto.

Fin.